Un producto derivado es un instrumento financiero de gestión del riesgo cuyo valor “deriva” del precio de un activo, previamente definido, denominado “Activo Subyacente”. Al tratarse de compromisos de intercambio en una fecha futura, en su inversión no es preciso el pago del principal.
Los mercados derivados son aquellos basados en activos financieros clásicos pero en los que se modifican ciertos aspectos de su operativa normal.
Tomando en cuenta lo antes expuesto se puede decir que los mercados financieros son la parte fundamental para el desarrollo pleno de cualquier economía. Tomando en cuenta el hecho de que el aspecto económico de un país es muy importante para el establecimiento y desarrollo de un mercado de derivados.
La situación económica de cada país sirve como indicador para la implementación de estrategias en materia financiera que permitan el desarrollo económico.
Cabe señalar que un factor que ha estado presente desde los inicios, ha sido el riesgo, elemento indispensable que se debe correr para obtener mayores rendimientos. El riesgo es el elemento que ha dado origen a la creación de los mercados derivados, los cuales, tal y como su nombre lo indica se derivan de otros productos financieros, creados principalmente con la finalidad de eliminar en gran parte posible la incertidumbre. Ofreciéndole a los inversionistas mayores oportunidades de protección y crecimiento.
Los mercados Derivados se dividen en dos tipos principalmente
- Futuros los cuales son contratos de promesa futura, por el que el comprador adquiere la obligación, de comprar y el vendedor la de vender un activo (subyacente) a un precio determinado y en una fecha futura.
Tipos
- Tipos de interés
- Índices bursátiles
- Acciones
- Commodities
- Opciones, son contratos en los cuales se le otorga a la persona que compra la opción, el derecho de comprar o vender a un precio determinado. A diferencia de los futuros, en el contrato de una opción se estipula el pago de una prima por parte del comprador que adquiere el derecho